viernes, 17 de enero de 2014

CARTA ABIERTA AL MINISTRO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN, ABOGADO HÉCTOR RODRÍGUEZ



La historia de la Medicina y de la Educación Médica en Venezuela es una historia de compromiso, dedicación, calidad y logros. Los estudios médicos se iniciaron en el país en el año  1763 es decir hace 251 años, de la mano del  Dr.  Lorenzo Campins y Ballester. Posteriormente, el Doctor José María Vargas, primer Rector de la Universidad Central de Venezuela, se dedicó a trabajar en las reformas necesarias para elevar el carácter científico y la actualización de los estudios médicos, creando nuevas Cátedras, laboratorios y prácticas clínicas como herramientas fundamentales para el aprendizaje y el servicio a los pacientes y las comunidades más necesitadas. Desde entonces, personajes como José Gregorio Hernández, Luis Razetti, Pablo Acosta Ortiz y tantos otros que ejercieron la medicina comprometidos con el conocimiento y el estudio permanente, además de una absoluta dedicación y entrega  a los pacientes,  marcaron el camino de éxito que las siguientes generaciones no han dejado de transitar.

Los médicos venezolanos, desde Vargas hasta nuestros días, han contribuido con el avance de la ciencia, generando conocimiento, descubriendo nuevas enfermedades y nuevas técnicas o procedimientos médicos y quirúrgicos, controlando epidemias y garantizando la salud de las comunidades a su cargo. Enfermedades como el Chagas, Paludismo, Tuberculosis y Lepra se rindieron ante los esfuerzos de los Doctores José Francisco Torrealba, Arnaldo Gabaldón, José Ignacio Baldó y Jacinto Convit respectivamente.

La calidad de los  médicos egresados de las ocho Universidades Venezolanas: Central de Venezuela, Los Andes, Zulia, Oriente, Carabobo, Centro-Occidental Lisandro Alvarado, Francisco de Miranda y Rómulo Gallegos, que ofrecen la carrera de Medicina,  es  reconocida nacional e internacionalmente. Egresan de ellas aproximadamente 3.000 médicos cada año, quienes se incorporan al ejercicio de la medicina en ambientes tanto rurales como urbanos de nuestro país con gran competencia y calidad científica y humana. El mejor reconocimiento que reciben diariamente por ello proviene de los pacientes, y es nuestro máximo compromiso y satisfacción continuar atendiéndolos .

Las Universidades Nacionales son una muestra de la mejora continua en la educación médica. Allí se ofrecen en la actualidad 351 Cursos de Especialización, Maestría y Doctorados;  solo en la UCV  existen 171 cursos de Postgrado . En estos centros de estudios los docentes, estudiantes e investigadores están dedicados a la docencia, asistencia y la investigación y nadie como ellos conocen las condiciones de salud de los venezolanos y los factores que la afectan, pues enfrentan cada dia sus problemas y se plantean con rigor científico el estudio de los factores sociales, culturales y biológicos que afectan la salud, como única manera de aportar soluciones a la crisis estructural que desde hace años padece este sector.

Los profesionales egresados de nuestras aulas cuentan con reconocimiento nacional e internacional; y con pertinencia social y científica, dedicados al estudio y control de las enfermedades que con más frecuencia afectan a la población como son: hipertensión arterial, diabetes, cardiopatía isquémica, asma, infecciones como SIDA, dengue, malaria, chagas,  parasitosis intestinales y otros problemas que afectan la salud del venezolano: malnutrición, embarazo en adolescentes, y también al control y prevención de las enfermedades en la población sana.

La Universidad Central de Venezuela, se siente orgullosa del médico que egresa de sus aulas y hospitales,  sin que por ello dejemos de estar comprometidos con las reformas necesarias para mantener la pertinencia social, el sentido ético y el nivel científico que exige el ejercicio calificado de esta insigne profesión.

Sus palabras describen a nuestros egresados como inexpertos e incompetentes, lo cual solo puede ser explicado por un profundo desconocimiento o es el producto de una deliberada acción orientada a provocar el desaliento entre los médicos, investigadores y docentes, instaurar la mediocridad en el ejercicio de la medicina y estimular una mayor migración de profesionales de la salud altamente calificados.

Si la intención fuera esta última, seria una gran traición al pueblo venezolano, pues privaría a los ciudadanos de sus aliados naturales en el momento de la enfermedad y los entregaría al cuidado de extranjeros que nunca tendrán la dedicación, interés ni competencias técnicas y científicas para atender a nuestros compatriotas, como si lo pueden hacer nuestros egresados.

Ciudadano Ministro, con sus declaraciones ha ocasionado un grave daño a los venezolanos, sobre todo a los más humildes y necesitados, sembrando en ellos la desconfianza y dejándolos en el desamparo, lo cual solo llevará a agravar aún más la crítica situación de La Salud en Venezuela cuya responsabilidad no recae, por cierto, en los médicos, sino en las políticas de salud del país.

En Ciudad Universitaria de Caracas, a los quince (15) días del mes de enero del año dos mil catorce (2014).


Doctor Emigdio Balda

Decano de la Facultad de Medicina

1 comentario:

  1. Documento a la altura de la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela

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