Al analizar la versión oficial de la
Contratación Colectiva del sector Universitario, y en base a las declaraciones
de aumento salarial del día de hoy, es necesario recalcar lo siguiente en
relación al documento denominado "I
Convención Colectiva Única”, Normativa
Laboral para los trabajadores Universitarios 2012-2014
1. Se constata en este documento como la educación no es
una prioridad. El decirlo, que es una prioridad, es una frase devenida
en cliché. Si nos guiamos por los presupuestos del gasto público en este caso
de Venezuela en los últimos 7 años, la educación no es una prioridad en la
asignación de recursos por parte del gobierno. Es más, entre 2007 y 2013
el porcentaje de presupuesto asignado a las universidades ha permanecido invariable,
sin considerar los ajustes por causa de la inflación.
2. El tema de la lucha
universitaria que hoy encabezamos profesores, estudiantes, trabajadores, y
obreros de las casas de estudio superior no es sólo salarial. Es cierto que
desde hace años se reciben sueldos de hambre, siendo víctimas de la educación
superior subsidiada. Es cierto también que los montos de las becas otorgadas a
los estudiantes son irrisorios y escasamente alcanzan para las fotocopias
quizás de un mes. Ni hablar de las condiciones socioeconómicas de empleados y
obreros.
3. En particular, la escala
salarial de los profesores es profundamente injusta, especialmente cuando para
llegar al cargo de profesor titular se necesita acumular título de pregrado,
postgrado, doctorado, dedicación exclusiva, trabajos de ascenso y concursos de
credenciales. Todo para ganar poco más que el salario mínimo.
4. Pero este es sólo uno de
los problemas que aquejan a la universidad.
a. Las universidades están
amenazadas por ausencia de renovación en los cuadros docentes: la mayor parte
de su base profesoral está jubilada y no hay con quién sustituirlos o rellenar
cargos, en parte porque nadie quiere morir de inanición dando clases, y en
parte porque no hay recursos para nuevas contrataciones. Ni hablar de la
proporción entre fijos y contratados.
b. Las universidades en
Venezuela se acercan cada día a mayor velocidad a la asíntota mínima en
producir conocimiento, realizar investigación, y hacer ciencia. A pesar de la
lucha constante, durante estos tres lustros se han ido convirtiendo en meras
aulas de clase donde se imparten contenidos de un pénsum, con profesores
cargados de mística y de compromiso pero con sus tiempos mancillados por el
rebusque, por la preocupación, por el cansancio y por la dedicación compartida
entre mil cosas.
c. Las elecciones para
autoridades universitarias, bien se sabe están paralizadas debido a diversas
sentencias del Tribunal Supremo de Justicia.
5. Pero hay que enfatizar, que las universidades autónomas tienen su propia
normativa, regida por la Ley de Universidades del 1970. A pesar de ello, en la
actual Asamblea Nacional el diseño de leyes tiene la intención de violentar esa
autonomía. De hecho, la llamada Ley de Educación Universitaria, entre
otras cosas, transformaba el sistema de elección de autoridades, reformaba el
sistema de ingreso, describía la contraloría social como una facultad de las
comunidades externas a las universidades. La misma fue retirada de la Asamblea
por el fallecido presidente Hugo Chávez en enero de 2011 por considerar que no
se había debatido lo suficiente.
6. Por otra parte, la Ley de Consejos Estudiantiles, aún en proyecto, busca
otorgar a los alumnos la potestad de manejar el presupuesto bajo la tutela de
los consejos comunales.
7. Tenemos la certeza de que
estamos frente a un disfraz..., la misma "Ley de Educación
Universitaria" rechazada, convertida en la denominada "I
Convención Colectiva Única" que
con ofertas abultadas de sueldo y beneficios "sociales" y
"económicos", sin tomar en cuenta las necesidades que tiene la
academia, pretende eliminar a la universidad, como "autónoma" y
"plural" para transformarla en una institución de pensamiento
único.
8. Estas propuestas han sido
rechazadas por la ciudadanía y la academia tanto en el referéndum del 2007 como
en la retirada la Ley Universitaria del 2011. No debemos caer en la trampa
que nos están tendiendo en el día de hoy.
Alicia Ponte
Sucre
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